El Memorial de Terezin, que desgraciadamente debe su triste fama al horror de los crímenes del Nacionalsocialismo, no es solamente un lugar de conmemoración de las víctimas del Holocausto, sino que sirve además para recordar a cada visitante lo pasado, para que estos hechos, a penas imaginables, no se repitan nunca más.
La antigua ciudad militar construida por el emperador José II en el siglo XVIII adquirió importancia histórica durante la Segunda Guerra Mundial. Más conocida como la Gran Fortaleza, la propia ciudad de Terezín, sirvió como campo de concentración para los judíos de toda Europa al mismo tiempo que fue utilizada como medio propagandístico nazi durante la visita del Comité Internacional de la Cruz Roja en junio de 1944. La Pequeña Fortaleza fue utilizada por la policía secreta del Tercer Reich (la Gestapo) como cárcel.
Si le interesa la historia de la Segunda Guerra Mundial no debería perderse esta excursión a la Fortaleza y a los museos del campo de Terezín.
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