El Palacio Mirabell de Salzburgo ocupa un lugar especial en la historia de la música clásica. Fue en la Sala de Mármol de dicho palacio donde Hieronymus von Colloredo, príncipe arzobispo de Salzburgo, mostró a menudo el prodigioso talento de su protegido, Wolfgang Amadeus Mozart, el cual interpretaba obras a un mayor nivel de dificultad que el que correspondía a su edad ante la mirada de admiración de los invitados del príncipe arzobispo.
Actualmente, los amantes de la música clásica pueden disfrutar escuchando las más famosas obras de Mozart en la misma Sala de Mármol en la que él actuó, un espacio que ha sido tan bien preservado que es idéntico al entorno en el que Mozart deslumbró al público con su destreza tanto al violín como al piano.
Los Conciertos del Palacio Mirabell son interpretados por una serie de orquestas de cámara y ensembles expertos, como Orchester 1756, Quartett 1791 o Trio Mirabell, algunos de los cuales tocan con instrumentos de época para capturar aún mejor la magia de la música de Mozart. Obras de Bach, Haendel, Haydn y Vivaldi, así como de otros compositores menos conocidos de la época barroca, como František Xaver Dušek y Giuseppe Tartini, también forman parte de los programas de estos conciertos organizados en el Palacio.
Leopold Mozart, padre de Wolfgang Amadeus, emprendió un viaje de tres años por Europa junto a su esposa Anna Maria y sus dos hijos, Nannerl, de once años, y el pequeño Wolfgang, que contaba entonces con siete años. Tal vez, al convertirse en su mecenas, von Colloredo esperaba quedarse con el joven prodigio, pero el talento de Mozart era demasiado grande como para servir solamente a un maestro y terminaría por marcharse de Salzburgo para alcanzar un enorme éxito por todo el continente.
Puede que Mozart ganase fama y fortuna en Praga y Viena, pero Salzburgo es la ciudad donde comenzó su historia. Una interpretación de su música en la Sala de Mármol del Palacio Mirabell es un evento que todo melómano debería incluir en su recorrido musical.
