Sonrisas y lágrimas, la historia de una monja llamada María, que encuentra su vocación más allá de los muros del convento, es una delicia de principio a fin. Repleta de canciones memorables, escritas por los incomparables Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II, Sonrisas y lágrimas, que logró primeramente la fama y el éxito en Broadway en 1959 y posteriormente en la gran pantalla en 1965, es un favorito atemporal tanto de los niños como de los adultos.
En la comedia musical, basada libremente en la historia real de la familia von Trapp, María es nombrada institutriz de los siete hijos del viudo capitán von Trapp. Ella trae la alegría a sus vidas pero al mismo tiempo se ve en un conflicto, debido a lo que siente cada vez con más fuerza por el capitán. Mientras tanto, el capitán tiene que resolver también su propio dilema: orgulloso de ser austríaco, se siente inclinado a rechazar el encargo de dirigir un barco de la marina alemana, pero sabe que su desobediencia podría poner en peligro el futuro de sus hijos.
Gran parte de la famosa adaptación cinematográfica de Sonrisas y Lágrimas dirigida por Robert Wise fue filmada en Salzburgo: la abadía de Nonnberg, el Mozarteum y los jardines de Mirabell son algunos de los lugares que aparecen en la película. Por tanto, no es de extrañar que el Teatro de Marionetas de Salzburgo haya creado su propia y encantadora versión. Un pasaje conmovedor, como podrán apreciar aquellos que estén familiarizados con la película, es aquél en el que los niños von Trapp, dirigidos por María, interpretan su propio espectáculo de marionetas, con la melodía de The Lonely Goatherd (El pastor de cabras), para su padre y sus invitados.
Ahora les toca a María, al Capitán von Trapp y a los niños ser las marionetas ellos mismos en una puesta en escena que captura toda la magia de uno de los musicales más emblemáticos del mundo.