Ópera en dos actos de Wolfgang Amadeus Mozart, con libreto de Emmanuel Schikaneder, basado, al parecer, en Lulú oder die Zauberflöte (Lulú o la flauta mágica) de A. J. Liebeskind, aunque se cree que también pudo inspirarse en Rey de Egipto de Philippe von Greber o en Sethos, de Jean Terrason.
Esta ópera, en realidad un singspiel (un tipo de ópera popular, cantada en alemán, donde se intercalan números cantados y hablados) fue estrenada en el Theater auf der Wieden de Viena el 30 de septiembre de 1791, dos días después de terminar Mozart su obra, bajo la dirección del propio compositor, y poco antes del fallecimiento de éste (5 diciembre 1791), siendo su última ópera estrenada y convirtiéndose en un gran éxito, a pesar de que al principio el público no entendió demasiado un argumento tan complejo. En cierta ocasión, Beethoven aseguró que era la mejor ópera de Mozart. Ésta ópera se ha convertido en parte importante del repertorio operístico y, para muchos, es una de las mejores óperas de la historia.
Si bien algunos investigadores la ven como un simple cuento de hadas, otros la ven llena de simbolismos y afirman que su argumento constituye un claro ataque a las ideas de la ilustración que estaban surgiendo en aquella época en Europa, teniendo de trasfondo una idea filosófica de la razón, el amor y la virtud muy especial. También parece que hace referencia a la masonería, tratando de difundirla en un momento en el que el Imperio Austro-Húngaro intentaba prohibirla.
En cuanto a la música, tiene bastantes momentos destacados, algunos conocidos por su complejidad técnica. Cabe señalar las arias de los diferentes personajes (como la de la Reina de la Noche o la de Tamino), el quinteto de Papageno, Tamino y las Tres Damas, y el conocido dueto de Papageno y Papagena.
