Con el estreno de Die Dreigroschenoper, o La ópera de los tres centavos, el 31 de agosto de 1928 en el Theater am Schiffbauerdamm de Berlín, Bertolt Brecht y Kurt Weill alcanzaron un nuevo nivel de reconocimiento y celebridad tanto dentro como fuera del mundo del teatro musical. El acerbo trasfondo político y las contagiosas melodías de la obra catapultaron al dúo creativo a la fama internacional, y sus canciones se convirtieron en un elemento imprescindible de la cultura popular. Esta temporada, la Ópera Popular de Viena acoge en su histórico escenario la difícil situación de los pobres de Londres, contada brillantemente a través de los evocadores versos de Brecht y las salvajes melodías de Weill.
Para dar al César lo que es del César, hay que mencionar que Bertolt Brecht encontró el texto fuente de Die Dreigroschenoper gracias a su amante, Elisabeth Hauptmann, quien había quedado fascinada con la obra The Beggar's Opera (La ópera del mendigo) de John Gay, y que preparó rápidamente una traducción al alemán. Cuando la obra dramática Fleischhacker de Brecht no despertó el interés de los productores, éste se apoderó rápidamente del texto de Hauptmann y lo hizo pasar por suyo, añadiéndole algunas canciones del poeta francés François Villon. El recién fundado Theater am Schiffbauerdamm recibió con entusiasmo la propuesta de Brecht. Por su parte, Kurt Weill compuso una música inédita para la obra, a excepción del tema de la obertura que lo tomó prestado de la partitura original de Johann Christoph Pepusch para La ópera del mendigo.
La ópera de los tres centavos se centra en Macheath, o Mack el Navaja, el criminal más conocido de Londres. Su matrimonio con Polly Peachum enfurece al padre de la joven, Jonathan Jeremiah Peachum, que controla a todos los mendigos de Londres y cuenta, por tanto, con fortunas y contactos de las altas esferas. Jonathan instruye a la policía metropolitana para que arreste, juzgue y cuelgue a Mack. Pero la acción da varios giros inesperados que desbaratan este malvado plan. A lo largo de la historia, conocemos a un variopinto grupo de coloridos personajes con memorables temas musicales. Además, podemos experimentar de primera mano el lenguaje mordaz de Brecht y su habilidad para exponer y satirizar las paradojas e injusticias del capitalismo. El mensaje de La ópera de los tres centavos suena tan válido en la Volksoper de Viena actualmente como lo hacía en el momento de su estreno en Berlín, hace casi un siglo.