Más de un siglo y medio después de su estreno, La Traviata de Giuseppe Verdi sigue siendo una de las óperas del repertorio más frecuentemente representadas. Sin embargo, la noche de la première en el Gran Teatro La Fenice de Venecia, el 6 de marzo de 1853, fue un desastre: el compositor quedó defraudado por la calidad de los cantantes del teatro, y Fanny Salvini-Donatelli, a sus treinta y ocho años, no casaba muy bien en el papel de Violetta. Pero Verdi no se vino abajo y decidió representar la obra de nuevo en Venecia, en esta ocasión en el Teatro San Benedetto, exactamente dos meses después. La Traviata fue un éxito y desde entonces no ha dejado de triunfar.
Violetta Valéry, una cortesana parisina, cautiva a todos los que la rodean. Dada su profesión, no puede permitirse enamorarse de uno de sus amantes. Pero para su propia sorpresa, cae locamente enamorada de Alfredo Germont. Desgraciadamente, Giorgio, el padre de Alfredo, pide a Violetta que termine la relación con su hijo por el bien de la reputación de su familia. Con el corazón roto, Violetta hace lo que Giorgio le pide, provocando un torrente de injurias hacia ella por parte de Alfredo. Giorgio, al sentirse más avergonzado del comportamiento de su hijo que de lo que lo estaba porque éste había elegido a Violetta, cede y hace todo lo posible por reunir a la pareja. Pero el tiempo se agota: Violetta, víctima de la tuberculosis, se está muriendo.
Teniendo en cuenta que Verdi estaba decidido a que sus esfuerzos garantizasen la seguridad financiera de su familia, el riesgo que tomó en la creación de La Traviata fue asombroso. La idea de que una prostituta tísica fuese tratada como una heroína era algo para lo que los amantes de la ópera no estaban bien preparados, y el público podría haber rechazado completamente La Traviata. Sin embargo, su impacto fue enorme: algunos pusieron en duda su moralidad; otros fueron superados por el mismo sentido de culpabilidad resentida por los Germont. Verdi debió haber percibido que su ópera tendría un efecto en su público tan profundo como había tenido en él mismo la obra que la inspiró, La Dama de las Camelias, de Alejandro Dumas.
La Traviata es una montaña rusa emocional que nos reta a confrontar nuestra actitud frente al amor en todas sus formas. Aquellos que acudan a esta representación de La Traviata en la Ópera Popular de Viena podrán admirar a uno de los personajes de ópera más ricamente retratados; hermosa y coqueta, indecisa y altruista, podemos ver a Violetta reflejada en una mujer tanto de los tiempos de Verdi como de nuestra propia época.