El mundo nunca ha conocido, ni probablemente volverá a conocer, una colaboración tan fructuosa como la establecida entre Richard Rodgers y Oscar Hammerstein II.
Después de crear cuatro de los más exitosos musicales de Broadway – Oklahoma!, Carousel, South Pacific y El rey y yo – Sonrisas y Lágrimas, también conocido como La novicia rebelde en América Latina y que fue estrenado el 16 de noviembre de 1959 en el Lunt-Fontanne Theatre de Nueva York, fue lamentablemente la última creación de este tándem. Hammerstein falleció al año siguiente sin poder llegar a disfrutar de la maravillosa adaptación cinematográfica del musical que realizó Robert Wise y la cual ganó el Oscar a la mejor película en 1966.
La historia, tan familiar para todos aquellos que hayan visto la película de Wise, es encantadora. La acción de este musical, desarrollada en la Austria de los años 1930, cuenta las aventuras de María, una joven que no encaja con la vida del convento y que se convierte en la institutriz de la familia von Trapp. A pesar de tener que ocuparse de siete niños y su padre, un viudo y apuesto capitán naval, María demuestra ser una excelente, si bien poco convencional, profesora. Es sólo cuestión de tiempo que ella y el capitán se enamoren y se casen.
Cuando la guerra se propaga por Europa, el capitán von Trapp se niega a tomar el mando de un navío de las fuerzas armadas alemanas. La familia sólo encontrará la seguridad después de una arriesgada travesía hacia la Suiza neutral, pero no antes de haber cantado todos juntos, en un concurso de canto, por última vez en su propio país.
Cada canción de este musical es un éxito: desde las primeras notas del Preludio y Sonrisas y Lágrimas (Preludium and The Sound of Music), la canción de apertura que expresa, en tan sólo unos segundos, la exuberancia del personaje de María, hasta la pérdida de la inocencia tan hermosamente expresada por Liesl y Rolf en su dueto Dieciseis, casi Diecisiete (Sixteen going on Seventeen); desde Edelweiss, el himno melancólico por un país cuyo espíritu nunca morirá, hasta los altos acordes de Sube montañas (Climb every Mountain) cuando la familia von Trapp camina hacia la libertad, Sonrisas y Lágrimas es una obra que afirma con confianza que el espíritu humano triunfa siempre, sin importar cuántas posibilidades hay de éxito.
El regreso de los von Trapp y de Sonrisas y Lágrimas a Austria y a la Ópera Popular de Viena les brinda la ocasión de disfrutar de uno de los musicales más extraordinarios jamás escritos.