Jonathan Larson tuvo una corta pero notable carrera en el teatro musical. Gracias a su fantástico don para la melodía y a su inmersión en la escena neoyorquina de los años 1980 y 1990, cada una de sus obras posee un nivel de realismo que conecta instantáneamente con todos los públicos. El musical semiautobiográfico tick, tick... BOOM! es una de esas creaciones escénicas especiales que nos atrapan de inmediato con su narrativa humana y sus melodías fluidas. Concebido originalmente como un espectáculo unipersonal con letra, música y dirección escénica del propio Larson que se estrenó en 1990, este espectáculo fue transformado por su asesor guionista, David Auburn, en un musical para tres roles estrenándose fuera de Broadway en el Jane Street Theater de Manhattan, en Nueva York, el 23 de mayo de 2001. Desde entonces, la representación ha sido repuesta regularmente a ambos lados del Atlántico. Más recientemente, tick, tick... BOOM! llegó a un nuevo público gracias a la producción cinematográfica de Netflix protagonizada por Andrew Garfield, quien incluso obtuvo una nominación a los Oscar por su interpretación del actor principal. Esta temporada, la Ópera Popular de Viena acoge de vuelta sobre los escenarios la popular versión para tres roles de este muy querido musical.
En su distintivo estilo autobiográfico, Larson basó en sí mismo el protagonista de tick, tick... BOOM! El pianista y compositor Jon se enfrenta a una especie de crisis existencial: su corazón pertenece al teatro musical, pero su carrera no parece despegar. Su mejor amigo Michael ya ha abandonado la interpretación por el campo más seguro y rentable del marketing. Su novia Susan es una talentosa bailarina que se gana la vida enseñando ballet a niños ricos sin talento apreciable. Jon trabaja duro para conseguir que su último musical, Superbia, se produzca en Broadway, pero sus esfuerzos parecen no dar resultado. A través de muchas crisis y conflictos personales de pequeña y mayor envergadura, el compositor en dificultades se da cuenta de lo que realmente importa en la vida y aprende a apreciar los riesgos y la incertidumbre del oficio de artista. Tal vez incluso reciba la llamada telefónica tan esperada que significará por fin el despegue de su carrera…